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EN ESTA PAGINA ENCONTRARAN RELATOS Y CUENTOS DE TERROR QUE HE ESCRITO ESTOS ÚLTIMOS AÑOS, IRÉ PUBLICANDO SEMANALMENTE UN RELATO, LA IDEA ES RECIBIR COMENTARIOS Y QUE PUEDAN DISFRUTARLO, ME GUSTARÍA HABLAR CON GENTE QUE TAMBIÉN ESCRIBE Y HACER NUEVAS AMISTADES...¡BIENVENIDOS!

miércoles, 22 de febrero de 2012

CUANDO LOS MUEBLES HABLAN


Pablo soñaba con mucha agua. Era un sueño muy surrealista, como la mayoría de los sueños que uno jamás recuerda. Y el tampoco lo recordó. Pero si recordó por varias semanas que se hizo pichi encima. El sueño era muy extraño, carente de sentido, el estaba como en un mar, donde el cielo era blanco como una hoja de papel y se encontraba con el agua hasta su cintura. Miro para todos lados y se dio cuenta de que estaba completamente solo. Su única compañera era su sombra que era el doble de alto que el y el doble de flaca. No se dio cuenta de que era de color azul marino. Le llamo tanto la atención de que no había sol… ¿Cómo rayos podía ver su sombra? ¿Cómo se proyectaba? Si era todo blanco… 
Buscaba por unos segundos si podía ver algo que sobresaliera del blanco que dominaba todo ese extraño lugar  pero no encontró nada. Y el lugar parecía no terminar, parecía ser infinito. Salvo por el enorme inodoro que se encontraba enfrente de el. ¡Era gigantesco! Nunca había visto uno igual. Era como la torre del monumento a la bandera. -Debe tener como dos cuadras de alto… Si eso tiene como doscientos metros de altura-pensó sorprendidamente. El agua donde estaba metido era cristalina como la que tomaba todo los días y se bañaba…. y eso a el le provoco una alegría enorme ya que era la primera vez que estaba en un lugar con el agua tan limpia. El único lugar que lo asocio con el sueño por ser tan amplio y haber tanta cantidad de agua fue con el agua del rió Paraná, el río que bordeaba a Rosario, su ciudad natal. Y esa agua no le agradaba, era marrón y el odiaba el color marrón, le daba asco. Aparte de que un tío le había comentado una vez que toda la mierda que cagaba la gente de Rosario, iba a parar ahí. No sabia si era verdad o otra de las tantas bromas que solía hacer, pero después de ese día le comenzó a dar  mas repulsión al agua de la que tenia. Comenzó a nadar de espalda, a  sambuyirce hasta no tener más respiración. Hasta que pensó en ir detrás del inodoro para ver si había alguna especie de puerta para que el pueda salir cuando quisiera y encontrar algo distinto a lo que veían sus ojos. Trato de ser positivo y mantenerse con ese pensamiento. Era extraño que un chico de 6 años no haya tenido miedo de estar en soledad. Cualquier chico de esa edad, se largaría a llorar enseguida al ver que no había nadie, que sus padres no estaban cerca. Encima enfrente de ese lugar tan raro y tan vacío. Pero Pablo no tubo miedo a la soledad,  se lo pudo ver por varios minutos contento y jugando con esa agua tan limpia que jamás había conocido. Tampoco le tenía miedo a morir, a morir de hambre por no tener nada que comer, porque pensar en morir de sed hubiera sido un chiste.
Se encontraba a unos 30 metros de ese inodoro enorme de color verde claro que se levantaba y fue corriendo hasta tocarlo. Estaba helado, le dio impresión y retrocedió para atrás. Volvió a voltear la cabeza para arriba y esta vez le pareció  algo más gigantesco e inalcanzable que antes. Decidió ir caminando lo más rápido que podía y rodearlo hasta llegar a la parte que no divisaba.
Se llevo una terrible desilusión al ver que no había diferencia en el ambiente, era todo lo mismo: agua hasta la panza y el cielo de valor blanco puro.
De repente se dio cuenta que tenia muchísimas ganas de orinar. Y para colmo comenzó a oír el goteo de algo que se encontraba en su espalda.
No se había dado cuenta pero en la parte detrás del inodoro, a unos metros arriba de su cabeza, pudo divisar una canilla de color violeta, era de metal por el brillo que le hacia cerrar los ojos. Y las gotas que caían eran de color amarillo y teñían el agua formando una enorme mancha. Le sorprendió el sonido ya que estaba seguro que antes no lo había escuchado. Esta canilla apareció recién- dijo en voz baja.
Pablo no aguanto más y decidió orinar. Al caer el primer chorrito de orín sobre una de las piernas se despertó y fue corriendo hasta el baño que se encontraba pegado a su habitación. Antes de orinar su mente pensó: Recomendaciones de mama: Tenes que tirar la piel para que se asome la cabecita así el pichi no sale para cualquiera lado y salpico la tabla.
No terminaba más de orinar, si hubiera tenido una botella de dos litros de coca-cola la hubiera llenado. Finalmente sacudió el pito y se fue a lavar las manos y volvió a la cama. Se quedo durante unos segundos tratando de recordar el sueño pero a pesar del esfuerzo que hizo no recordó absolutamente nada. Lo único que se le escapo una palabra sin pensar, fue algo que lo dijo como si el fuera una maquina, y le llamo mucho la atención, la palabra fue: “AGUA”.
Volvió acomodarse en su habitual posición fetal, mirando hacia la izquierda, para así volver a tratar de conciliar el sueño. Pero después de unos minutos de haber cerrado sus ojos se dio cuenta de que los muebles estaban rechinando. Otra vez los mismo ruidos-pensó. Siempre se preguntaba lo mismo. Algunos días escuchaba la mesita del televisor. Otras veces algunas sillas y la mesa del living. Pero esta vez eran muchas cosas, y le dio una gran sensación de miedo. De impresión al no saber que era lo que pasaba. ¿Por qué hacen tanto ruido, sino hay nadie? Capaz que hablan entre ellos, capaz que tienen vida y son nocturnos como los murciélagos-se decía.
Tenía mucho bronca porque siempre se olvidaba de preguntar a alguien si también escuchaba esos ruidos por la noche. Entonces decidió esta vez anotarlo en un papel y ponerlo en su mesita de luz. Decidió en dejar de prestarle atención a esos sonidos y relajarse para poder dormir, pero tenía un poco de sed, así que fue a tomar un poco de agua fría de la heladera. Cuando llego hasta el living estiro la mano para prender la luz y contemplo la larga mesa llena de platos, cubiertos, vasos, copas que habían sido usados por sus familiares y amigos en su festejo de cumpleaños. Había cumplido 6 años. Le llamo la atención que su madre no haya lavado todo antes de irse a dormir como solía hacerlo, pero seguro que estaba muy cansada. Por suerte no había moscas en la casa. Miro por octava vez sus regalos: un muñeco de dragon ball z, un perfume, dos calzoncillos, un par de medias, un auto a control remoto y una gorra a rayas con su nombre que no le gustaba. Volvió a dejar todos sus regalos en una de las banquetas y fue hacia la heladera. Antes de abrir la heladera su mente le hablo nuevamente y dijo: recomendaciones de mama:Nunca habrás la heladera descalzo porque te puede dar electricidad”. Miro alrededor y busco algo que pudiese pisar para no estar en contacto con el suelo. Agarro uno de los manteles que estaba en el piso y lo uso. Había porciones de pizzas, casuelas de salchichas cortadas con salsa de tomate, piononos, empanadas y algunos postres. No tenía mucha hambre pero se tentó y comió unos sándwich de jamón y queso que habían sobrado con un vaso de Pepsi. Al tirar el mantel en el rincón vio que había dejado huellas de sus mugrientos pies. Las tapo como pudo y volvió a su cama.
Cuando paso por el living se tiro un pedo que hizo retumbar toda la casa. Se río tan fuerte que tubo que taparse la boca por miedo a que se levanten sus padres. Con los ojos llenos de lágrimas de tanto reírse fue corriendo hasta la cama y dio un salto haciendo rebotar el colchón. Volvió a concentrarse para dormir. A los 5 minutos ya se encontraba roncando.

Sus otros familiares que estaban cenando en el living también lloraron de la risa al escuchar la larga y fuerte flatulencia de Pablito.
-¡que hijo de puta! Dijo riendo la tía Stella. Para mi que nos vio y lo hizo apropósito.
-Pero si salio a la madre… ¿recordas Stella, el pedo que se rajo María cuando estaba en el patio, esta tarde?- dijo Susana, la madrina hablando como si tuviera hipo.
 -En todas las casas pasa algo, por eso tenemos que ir rotando-dijo riendo el abuelo Hernán.
Los tres se encontraban dispersos por la enorme mesa comiendo las sobras de lo que Pablo había visto en la heladera.
-Bueno prefiero escuchar un pedo, vimos cosas más desagradables….dijo Stella.
Se refería en una noche que habían estado en la casa de un primo de Pablo y habían visto como se masturbaba frente a un canal porno. En esa ocasión no eran 3, eran 7 y se tuvieron que ir de la casa a las corridas y cada uno con una cara que es indescriptible de contar. Hernán se levanto de la silla haciéndola rechinar y al apoyar sus manos en la mesa también movió la mesa haciendo otro fuerte chillido que Pablo esta vez no escucho. Siempre había tenido mucha fuerza y había sido el mas alto de toda la familia.  
-Bueno voy a calentar y comer unas empanadas, ¿alguien quiere que le caliente una?-dijo Hernán.
-Siiii, yo quiero, son riquísimas las empanadas que hace la María- dijo Susana.
-Yo no, te agradezco, ya comí mucho, estoy por reventar-comento Stella seguido de un bostezo.
Minutos después mientras Hernán calentaba las empanadas, José, el padre de Pablo fue hasta la cocina y se dirigió en dirección a la heladera traspasando el cuerpo de Hernán. Pero luego de traspasarlo volvió y se quedo mirando una de las hornallas que en la otra dimensión estaba prendida.
Mfffhhh mfffhhh- se escucho al olfatearla. Olía olor a gas. Comprobó que la llave del caño del gas estuviera cerrada y que las ornayas estuvieran con el punto rojo en dirección a la derecha. Agarro una de las sillas de la mesa de la cocina, se subió arriba y busco una caja llena de remedio en la alacena. Saco un sobrecito de ubasal y lo disolvió en un vaso de agua. Se lo tomo de un solo trago y volvió a acomodar la silla debajo de la mesa. Se sonó el cuello girando para todas las direcciones y cuando cruzaba el living lanzo un eructo que retumbo más fuerte que el pedo que se había tirado Pablo. Luego cerró silenciosamente la puerta.  Todos volvieron a reír desaforadamente. Pero lo que mas había causado risa no era el eructo, sino la cara que había puesto José como si hubiese chupado un limón.
No podemos estar mas en esta casa, ¡nos vamos!-dijo Susana con la boca llena, tenia tarta de jamón y queso, mezclado con sidra. Todos se habían tentado por unos segundos.
-Que lastima que me perdí la cara- dijo Hernán en un tono alegre y entre risas. Luego de seguir charlando durante mas de una hora y haber comido una porción de torta cada uno, Stella sugerío hacer un brindis.
Todos se sirvieron sidra por ultima vez y brindaron: ¡por el cumpleaños de Pablo!-dijo Hernán. ¡Porque se le cumplan todos sus deseos y tenga una buena vida!
-¡Chin chin!-dijo Susana.
-¡Salud!-dijo Stella.
Siendo las 7:00hs de la mañana (23:00hs para los familiares difuntos), los tres se retiraron en fila india traspasando el enorme ventanal que daba con el frente de la casa. El despertador de José había sonado. Susana antes de retirarse dejo un regalo debajo de la mesa.
Horas mas tarde Ana encontró el paquete y lo puso junto a los otros regalos ya abiertos. Le llamo la atención que Pablo no lo haya abierto porque era lo primero que hacia al tenerlo en sus manos.
 Mientras Pablo tomaba la leche, Ana le alcanzo el regalo contándole que lo había encontrado debajo de la mesa. Le llamo la atención ya que no recordaba el papel de regalo con esos dibujos de animalitos de colores.
-Este regalo no me lo dio nadie, mama-contesto Pablo.
-Seguro que se si, se te cayo enseguida y no lo viste, si llegaron todos los invitados juntos.
Pablo le hizo caso a las palabras de su madre y despedazo la envoltura. Era un estuche de madera muy lujoso. Lo abrió y se encontró con una medalla de la virgen del Rosario bañada en oro. A pesar de que no era un juguete, ni ropa de la marca a la que Pablo le gustaba, le gusto mucho y se lo colgó. Fue el regalo que mas le duro en la vida y que lo tuvo hasta después de su muerte en el nicho del cementerio donde también se encontraban los familiares que lo habían ido a visitar.






viernes, 17 de febrero de 2012

LAS SIRENAS




Lao miro la hermosa sirena que había pescado con esa gigantesca red llena de camarones. Era rubia, de ojos verdes y tez pálida.
Sus escamas variaban de un verde esmeralda hasta llegar a un azul cielo.
Se quedo bloqueado y luego de unos segundos volvió a arrojar la red diciendo que no había ningún pescado antes de que sus compañeros se asomen a mirar. No sabía porque lo hizo. Había dejado escapar esa criatura tan maravillosa. Ese hecho podía haber cambiado el mundo. Pero largo a la sirena como a sus sueños. Decidió seguir siendo un pobre pescador que trabaja 15 horas al día.  Su vida no tenía sentido y entonces había dejado soltar algo mágico. Una sensación extraña de angustia le invadió fuertemente. Se sentía tan mal por lo que acababa de hacer. Estaba triste desde hacia meses por su patética vida que llevaba. Y este acto que hizo sin pensar lo deprimió tanto que se arrojo de cabeza al mar para suicidarse. Cerro los ojos y dejo que pasara el tiempo. Pero de golpe una agradable y dulce voz comenzó a escuchar muy despacio desde las profundidades del océano. Era un canto que cada vez empezó a aumentar más y sintió la sensación de que una mano lo agarraba empujándolo hacia abajo. Al abrir los ojos se dio cuenta que se trataba de la sirena que acababa de pescar. El cántico lo conmovió tanto que comenzó a llorar. La sirena le acomodo sus dos brazos entre sus hombros fuertemente y comenzó a llevarlo hacia las profundidades, a gran velocidad. Lo metió en una cueva en completa oscuridad, pero después de pasar por varios túneles comenzó a ver una luz verde muy potente que comenzaba a iluminar las aguas. Era una ciudad oculta muy parecida a la de Machu Pichu. Una construcción en medio de las montañas con cientos de escalinatas, murallas y pasarelas. Era lo mas extraño que había visto en su vida. Tantas luces de distintos colores fluorescentes. Además de las luces de la ciudad, centenares de peces luminosos iluminaban el extraño ambiente. En las construcciones predominaba el verde en sus distintas tonalidades. Las edificaciones de sus casas y demás residencias tenían formas de pirámides. Pero no como las de Egipto, estas era muy alargadas y unas 5 veces superiores en cuanto al tamaño. Eran flacas y muy altas. Todas estas extrañas arquitecturas se encontraban dentro de un domo. El material parecía similar al vidrio. Era de color rosado salmón y al traspasarlo sintió como si fuera de gelatina, estaba helado. Al atravesarlo se dio cuenta que ya podía respirar porque el agua no pasaba el domo. El pensamiento de que se iba morir por falta de aire se alejo de su mente. Le costó mucho volver a respirar normalmente, estuvo alrededor de un minuto conteniendo el aire. Se imagino que la cúpula funcionaria como un campo de fuerza o algo por el estilo. Estando en el piso lo subió a un auto eléctrico muy similar de los que se ven en las campos de golf. La sirena lo llevo hasta la pirámide más alta de toda esa misteriosa ciudad. Esa pirámide estaba iluminada exteriormente por un color anaranjado fluorescente. Era 3 veces más grande que todas y se encontraba en el centro. Adentro todas sus luces eran blancas y las paredes de los pasadizos eran doradas. Varias sirenas se encontraban dentro de la pirámide a medida que subieron los pisos. Se cruzo en total con 5 sirenas. Lo llevaron hasta la punta de la pirámide. Al llegar al último piso, lo empujaron cayendo al piso fuertemente. Se sintió como si hubiera corrido una maratón de muchos kilómetros. Estaba tan tensionado, en especial en la zona de las piernas. Lo dejaron descansando y en completa soledad. El pensaba que estaba soñando pero era todo tan real. Su falta de aire que lo hacia respirar abriendo la boca como un pez que esta fuera de la pecera a punto de morir. Su cuerpo congelado y temblando por culpa del agua y recientemente de la barrera que separaba lo mojado con lo seco. Sus ojos cegados ante tantas luces que le hacian ver bichitos verdes flotando  en cualquier dirección que miraran sus ojos.
A pesar de tantas sensaciones que manifestaba se pellizco pero no se despertó de su humilde cama que le hacia doler la espalda por su finísimo colchón.
Después de un rato de estar tirado en el piso decidió dormir para recuperar fuerzas. Cuando se despertó estaba en una cama muy lujosa lleno de almohadones. Una sabana que parecía ser de seda, cubría todo el cuerpo que ahora estaba desnudo. Una sirena pelirroja le trajo una toga rosa, sandalias y una corona formada por rosas rojas. Poseía una belleza exactamente igual a la sirena que lo había traído hasta ese lugar.
Pensó en que se veía vestido muy homosexual, pero no le importo porque nadie se enteraría estando en una ciudad desconocía en el fondo del océano. -Además, los romanos se vestían así y la mayoría eran bien machos…-pensó. Le agrado su extraño aroma de su traje y el olor de las rosas. El siempre olía a pescado. Comenzó a hablarle a la sirena que él había pescado y la apodo mentalmente como “la sirena mucama”. Esta hablo en una lengua que parecía similar al alemán. No entendía nada, entonces se retiro. Después de unos minutos apareció otra hermosa sirena con el pelo de color verde que dominaba el japonés a la perfección. Esta era la sirena que se encargaba de las traducciones, Lao la llamo “sirena especializada en traductorado de japonés”. Se largo a reír a pesar de los nervios frente a todo este mundo desconocido. No paraba un segundo de pensar.
Le explico que eran una especie formada por mitad pez y mitad humanos. Que habitaban la tierra hacia más de 15000 años. Y que habían desarrollado mucho su cultura y su tecnología. La escritura que contaban estaba formada por medio de 30 caracteres muy raros que jamás había visto en su vida.
Después recordó que muchas de las construcciones tenían grabados algunos de esos símbolos. Podían vivir hasta los 150 años. Adoraban usar el pelo muy largo, decorado con algas y demás plantas acuáticas. En cuanto a los medios visuales no lo habían desarrollado como nosotros. No existían los dibujos, las fotografías, las pinturas y ni hablar de la televisión. Este comentario medio que le amargo su estadía, porque Lao era un amante del cine en general. Sabían todas las noticias de la tierra que escuchaban por medio de unas especies de radio que codificaba al idioma de ellos. En cambio, los medios auditivos eran superiores a los nuestros. Este medio se había desarrollado muchos siglos antes que en la tierra.  Siempre les aterraban las noticias de los humanos desde hacia décadas por eso decidieron ocultarse ante la vista de cualquier persona y pasar a ser solamente una leyenda. Pero mas halla de saber que el hombre hacia guerras y que en cada minuto del mundo había muerte por violencia, creían que el hombre iba a ser el salvador de la raza humana. Entonces por esa razón la sirena que tenia la misión de contarle los hechos principales de su raza, de ahora en adelante, seria su sirena “especial” que lo acompañaría y cuidaría a lo largo de su vida. Les contó otras cosas que le llamaron la atención.  Su especie nunca había desarrollado un medio de transporte ya que siempre habían habitado ese lugar desde sus inicios. Siempre fueron sedentarios y no se comunicaban con otras sirenas de otras regiones. Toda la ciudad estaba alimentada  por la energía que le brindaban peces y criaturas desconocidas por los humanos. Eran de enormes tamaños y se encontraban acorralados por redes, con una especie de cables conectados a sus cuerpos, le disponían de electricidad continuamente a toda la ciudad.
Lao después de escuchar las dulces palabras de la voz de la sirena, se quedo maravillado ante lo que le estaba sucediendo y el cambio que iba a tener su vida. De ser un pobre pescador que vivía únicamente para trabajar paso a ser un hombre adorado y que recibiría todo los lujos y comodidades por partes de estas amables criaturas. Era todo tan extraño que le llevo varios días adaptar su mente con el entorno que se encontraba. A pesar de que tenían miles de años de antigüedad y de ser unos seres muy inteligentes, contaban con poca historia para contar.
Sus viejos antepasados  vivían entre arrecifes y cazaban pequeños peces, plancton y algas. Luego de pasar miles de años comenzaron a observar diferentes tipos de  embarcaciones en la superficie del mar y conocieron a los seres humanos que la tripulaban. Se dieron cuenta que eran seres malignos y que en varias ocasiones casaron a sirenas por medio de arpones y lanzas. Entonces como venganza, las sirenas mataron a cualquier humano que avistaban en su camino y cerca de su lugar donde habitaban, dejando solamente barcos sin rumbos. La forma de asesinar a los humanos era muy simple, los encantaban por medio de sus hermosos cantos, haciendo que de esta manera los marineros se arrojen al agua para apreciar mejor de cerca el sonido. Las sirenas se sumergían cada vez más en las profundidades para que estos la siguiesen y se ahogaran. Era una especie de Hipnosis. En algunos casos se comenta que algunos hombres lograron salir del trance del encantamiento, pero no del océano.

Luego con los avances tecnológicos por parte de los humanos, en especial con la llegada de los submarinos, recibieron las visitas de unos seres muy especiales que viajaban con naves en forma de esferas. Eran muy veloces. Estos entes que apodaron como “amiggua”, no eran de esta galaxia, y pasaron a ser sus únicos amigos del agua hasta la actualidad. La ayuda que recibieron las sirenas de estos seres fue enorme. Estos seres del espacio que habían vivido a escondidas en el agua al igual que las ninfas marinas, le transmitieron la noticia de que para que no sean extintas por los humanos, deberían ocultarse en cuevas y en profundidades inalcanzables para el hombre. De esta manera con su ayuda, y con elementos que no eran de este planeta, construyeron diferentes ciudades a lo largo del mundo. Le enseñaron diferentes e importantes actividades. Una de las mas importantes fue la de escribir. También le revelaron que la tierra en cualquier momento podría tener una catástrofe similar a la que tuvieron los dinosaurios, llevando a los seres humanos a la extinción. Es por eso que a cambio de su ayuda por la construcción de las ciudades y de disponer de variados y deliciosos alimentos robados de cualquier parte del mundo, deberían firmar un pacto. A cambio de estas ayudas que les estoy contando, tienen como deber principal cuidar a cientos de hombres y mujeres de diferentes partes del mundo.  
A eso se debe el cuidado y aprecio por partes de las sirenas hacia Lao. “El hombre salvara la humanidad”, es su lema principal.
Entonces estableció una nueva vida que gozo como nunca antes se hubiera imaginado. Pensaba en lo estupido que hubiera sido al suicidarse. Ahora era el rey de las sirenas. Recibía deliciosos manjares como cualquier rey de la edad media. Contaba con joyas y objetos de oro muy elegantes. Contemplaba los cantos por las noches de las sirenas y de la música que componían cuando tocaban instrumentos de cuerdas en lo que solamente el arpa era el instrumento que pudo reconocer.
Tenía la suerte de que podía pedir cualquier cosa que le sea accesible. Pero después de la primera semana de haber convivido con estos seres y descubrir cantidades de cosas nuevas y extrañas, su antigua sensación de que su vida no tenia sentido comenzó a invadirle fuertemente. Descubrió  por medio de antiguos libros, muchos secretos que lo aterraron. Se dio cuenta de que no podía salir de la pirámide en que se encontraba. Siempre viviría allí. Esto le provoco un horror muy profundo ya que el sueño de Lao era el de viajar y vivir en diferentes lugares. Se dio cuenta como estaba compuesta esta extraña ciudad. La ciudad en la que se encontraba contaba con un grupo de 200 sirenas. El era el único ser humano de la misma, pero en reiteradas ocasiones recibiría la visita por parte de una mujer francesa, para satisfacer sus necesidades sexuales ante la incapacidad por partes de las sirenas.
Esta noticia lo alivio un poco, pero igual, pasar el resto de su vida encerrado en una gigantesca pirámide y sin poder conocer lugares no era su estilo de vida. Y su mente comenzó a funcionar distinta, empezó a soñar y pensar cosas oscuras. Tenía mucho miedo de cometer una locura.
A pesar de esas cosas negativas continúo descubriendo esa extraña raza con la que se había cruzado. Poco a poco fue aprendiendo hasta adaptarse y vivir como uno más de la especie. Los años pasaron y decidió seguir con esa vida subacuatica. Se pudo adaptar. Sabía que nunca podría salir porque las sirenas no se lo permitían y de intentar escaparse sería una locura. Por las mañanas corría a lo largo de los pasillos y pisos de la pirámide y realizaba diversos ejercicios para estar en forma. Los aparatos de gimnasia habían sido pedidos por el. Fue en la visita número 30 de los amigguas que los pidió. De esas visitas habían conseguidos muchos cosas útiles como era el automóvil eléctrico pedido en la quinta visita. De ser muy flaco debido a su pésima nutrición paso a tener un excelente cuerpo y bien dotado de músculos. A la tarde realizaba algún pasatiempo como leer o escribir sus memorias de vida, era la única actividad que le obligaban realizar. Apreciaban mucho la escritura y contaban con miles de libros de diversos tamaños y lugares. Tuvieron suerte de que al hombre le agradaba mucho la lectura y apreciaba los poemas que las sirenas componían. Y a la noche, era la parte que mas se aburría y le invadía una tremenda soledad. Siempre se sentía que era un prisionero.  Los dolores de cabezas lo atormentaban, al igual que sus recurrentes pensamientos y sueños muy oscuros. Pero en esa cúpula no podía hacer otra cosa que esperar a que pase tanto el dolor como sus sueños incumplidos.
Hasta que una noche, pudo apreciar desde las paredes transparentes del lugar, una extraña nave tripulada por humanos que iluminaban la sala donde se encontraba con enormes farolas de distintos tamaños.  Propulsada por dos hélices en cada costado que hacían sacudir todo lo que encontraba a su paso (especialmente distintos tipos de plantas exóticas).Lao justo estaba contemplando el exterior de aquel extraño lugar.  El día que tanto soñó para escaparse había llegado. Era un riesgo de vida o muerte. Así que agarro una maseta que contaba con un helecho y la revoleo rompiendo el enorme ventanal. Pudo ver que uno de los hombres abrió una de sus puertas que descendió hacia arriba. Lao comenzó a correr hasta estar a unos metros. Pero de golpe un fuerte ardor comenzó a surgirle en su espalda. Una de las sirenas se había acercado corriendo y le lanzo un líquido verde que comenzó a penetrarle la piel. Fue tan extraña la sensación, ya que la sustancia se le deposito adentro dejando intacta la piel. Comenzó a marearse un poco, pero con mucho esfuerzo salto hacia la nave y logro entrar dentro de la misma. Los hombres cerraron la puerta y huyeron a gran velocidad. Sus parpados comenzaron a pesarles, lo último que vio fue que una vez que traspasaron el domo, unas aletas que giraban muy rápido, salieron de las dos alas de la nave, mientras las hélices se ocultaban. Luego se quedo dormido. Se despertó en una playa rodeado de estos dos muchachos que le habían salvado la vida. Les comento detalladamente todo lo sucedido, dejándolos asombrados y con una intensiva investigación por delante. Habían podido sacar increíbles fotos y filmaciones del lugar, pero estaban bajo el dominio del área 51, haciendo imposible la divulgación de la misma. Después de horas de entrevista y de contar durante varios días sus experiencias vividas, lo dejaron en libertad. Pasaron los años y Lao pudo conseguir un trabajo agradable y formar una familia. Su sueño se cumplió, viajo por todo el mundo con un barco de última generación que había comprado con sus ahorros a lo largo de varios años. Nadie le creía esta absurda historia de que vivió cinco años en un domo poblados por pirámides donde vivían hermosas sirenas que le daban todo lo que el quería. Conoció muchos lugares y tantas personas a lo largo del mundo que le brindaban trabajo para subsistir lo mínimo indispensable.
Las sirenas comenzaron a alejarse de su mente. Los sueños repetidos de que seguía prisionero en la ciudad comenzaron a disminuir hasta desaparecer de su inconciente.
Pero no se pudo quitar el hábito de escribir y contó todo lo que se acordaba de lo sucedido en el fondo del mar. Era las únicas horas que volvía a recordar a las sirenas. Y a pesar de que a veces le causaba mucha repulsión las cosas vividas, en especial el sentimiento de soledad, era algo que no podía dejar de hacer. Era una forma de liberar todo lo que llevaba adentro suyo. No le importara que nadie los leyera, de esta forma sentía que comenzaba a liberarse de un peso del pasado que siempre había estado atado a él. Finalmente cuando termino de redactar su extenso libro, las sirenas pasaron a ser un lejano recuerdo.
Pero lamentablemente un trágico hecho hizo recordarlas de por vida y hacerlo internar en una clínica psiquiatrita, debido a sus violentos comportamientos.
Fue el día que nació su primera hija. Se llevo la horrible sorpresa de presenciar el nacimiento y ver que no contaba con piernas, pero si con aletas. Era como aquellas criaturas que odio durante toda su vida. Entendió ahora porque aquella misteriosa sirena le había introducido aquel líquido verdusco que nunca lo se mostro presente en ninguno de los tantos estudios de su organismo que se le llevaron a cabo después del contacto con las mismas. 

miércoles, 15 de febrero de 2012

Detrás de la virgen sin nombre



-¡Es la primera vez que me pasa algo así!- grito Virginia muy enojada.
-¿De qué hablas?- pregunto Daniel un poco agitado. Había empezado a llover torrencialmente tres horas atrás.
-De que es la primera vez que camino dos kilometro bajo una tormenta tan fuerte como esta. Virginia y Daniel eran mochileros, se encontraban caminando por un campo donde no contaban con ningún refugio para protegerse y descansar un buen rato.
-Es verdad, yo también que recuerde, es todo campo, todo verde y tanto la niebla como el viento no ayudan mucho que digamos…
Ya se habían cansado de hacer dedos a los autos que pasaban para pedirle un aventón de algún desconocido que los ayudara hasta llevarlo al pueblo más próximo de donde se encontraban.         –Menos mal que te hice caso de llevar las camperas impermeables-dijo Virginia. –Viste es que tengo el don de saber cuándo va a llover- comento Daniel seguido de una risa. De lejos parecían dos jorobados ya que contaban con la mochila debajo del pilotín. Finalmente luego de caminar otros veintes minutos sin descansar pudieron divisar una colina en donde estaba instalada una gruta con una virgen en su interior. 
Tuvieron que atravesar una extensa laguna que se había formado a lo largo de la ruta.  Las zapatillas quedaron completamente cubiertas con un barro muy espeso.  A medida que se acercaron descubrieron que era bastante grande en comparación con otras grutas que habían visto anteriormente los dos. La virgen era de aproximadamente dos metros, su túnica era negra con flores violetas pintadas a lo largo de la misma. La pintura de la piel simulaba una tez muy pálida y contaba con ojos de color verde. El pelo era pelirrojo. La escultura se hallaba rodeada de flores que en su mayoría eran rojas. Predominaban las rosas y los tulipanes. En las paredes  había muchas fotos pegadas o clavadas en los ladrillos. También contaba con cientos de papelitos en los que le pedían cosas a la virgen. 
Al fin debajo de un techo- dijo Virginia sentándose en el piso. Mientras contemplaban el paisaje en el que se hallaban, un rayo cayó en medio de la ruta, en donde minutos atrás habían estado. Los aturdió  por completo.-como nos salvamos-dijo Virginia.-Tuvimos suerte-acoto Daniel. Se saco la campera, luego la mochila y la dejo en un recoveco. Su amada hizo lo mismo y se puso a su lado, abrazándolo y luego dándole un apasionado beso. –Nunca había visto un rayo tan cerca-comento Daniel. A los pocos minutos los dos se quedaron roncando profundamente. Las horas pasaron y la tormenta también paso. El cielo se despejo alejando las enormes nubes grises que llevaban tantos días. El sol del atardecer apareció muy radiante y con un tono anaranjado que pocas veces se ve. Virginia se despertó y lo contempló mientras  fumó unos cigarrillos. Después del crepúsculo se despertó Daniel con un fuerte bostezo.-Necesitaba descansar las piernas- dijo mirándola. -Yo igual, y la espalda también, no me quiero imaginar si tuviera la mochila grande de campamento.- Vamos a cambiarnos los pantalones y las medias-dijo Daniel.
Se cambiaron y pusieron la ropa sucia en una bolsa.-Lo tendríamos que haber hecho antes-dijo Virginia y los dos lanzaron unas fuertes carcajadas. –Comamos algo, no aguanto más-comento Daniel. -¿Y después que hacemos?-acoto Virginia mirándolo fijamente a los ojos. -Me parece que lo mejor sería pasar la noche acá, hay muchos cables cortados y zonas inundadas. Aparte es una zona de poco tráfico, vamos a perder tiempo haciendo dedo.      
-Estoy de acuerdo, mejor descansemos más tiempo así mañana estamos bien, faltan 40 kilómetros para el próximo pueblo, esperemos que alguien nos lleve, no quiero caminar mas.-Caminar es lo principal para ser mochilero, vos te los buscaste- le dijo en tono burlón seguido de una carcajada. Pero Virginia no le siguió el juego y en vez de sonreírle bostezo. 
-Mira lo que descubrí-dijo Daniel prendiendo un interruptor que encendió una luz que ilumino todo el vidrio que cubría a la virgen. Se quedaron los dos durante unos segundos contemplando a la figura que se imponía ante el cielo que estaba cada vez más oscuro.
-¿Qué virgen será?- dijeron los dos al mismo tiempo seguido de risas. –Debe tener alguna placa      -dijo Virginia fijándose alrededor de la estatua. –La robaron o se salió- dijo señalando donde había un hueco rectangular. Se notaba que tenía dos agujeros donde iban los tornillos.  
Comieron unos sándwich y contemplaron  el enorme cielo repleto de estrellas.-Tengo un regalo para vos-dijo Daniel sorprendiéndola.-A ver….comento contenta esperando con que la iba a sorprender. Busco en uno de los bolsillos de la mochila y saco una enorme barra de chocolate. -¡Gracias, me muero por comer algo dulce!- acoto alegremente. Lo partieron por la mitad y siguieron  contemplando la noche con la luna como protagonista principal.
De golpe Daniel noto unas luces que ascendían en el horizonte. Saco los binoculares de su mochila y camino unos metros hasta llegar a donde comenzaba la laguna que habían atravesado horas atrás. Esperaba que sea algo extraño como un ovni o algo por el estilo pero era un avión. Lo contemplo igual hasta que desapareció del alcance de su vista.
-¿Qué era?- Grito desde lejos Virginia. –Nada, un simple avión- dijo con un tono medio triste. Estaba subiendo la colina cuando noto que alguien paso corriendo velozmente detrás de la gruta y se escondió entre los árboles. A pesar de estar lejos le pareció que era de baja estatura.
Sintió un escalofrió que le recorrió todo el cuerpo.  Se palpo y sintió que tenía el cuchillo en el bolsillo del pantalón.-Mejor así-dijo en voz baja. Corrió hasta donde estaba Virginia y le dijo:                   -acabo de ver una sombra, tenemos compañía. Ella se sorprendió y le alcanzo una linterna que tenía en la mano.-Te acompaño, no me dejes sola, por favor. –Está bien, pero tenemos que estar muy atentos y siempre juntos. Salieron en fila india, Daniel alumbro al árbol que le parecía haber visto en donde se había escondido la silueta, pero después de rodearlo no encontró nada.  Se dieron cuenta que a lo lejos estaban rodeado de un pequeño bosque. Virginia noto que en unos de los arboles  que estaba donde comenzaba el bosque comenzaban a caer hojas. -Halla hay algo- le dijo señalando. Fueron lentamente alumbrando pero no veían nada, solo las largas y enredadas raíces de un viejo árbol. Se estaban por dar vuelta cuando vieron caer una rama y escucharon una risa. Parecía de un niño.  Se acerco  y cuando alumbro para ver detenidamente las ramas alguien salto cayendo a centímetros de Daniel. Virginia pego un grito. Daniel temblando alumbro su rostro y pudo darse cuenta que se trataba de un niño. Vio que tenía el pelo blanco del mismo tono que la piel y sintió un escalofrió. –Me abra parecido a mí, estoy muy nervioso-pensó.  Este miro hacia un ángulo del bosque y volvió a reír nuevamente. Salió corriendo hacia el oeste y se perdió entre los árboles. La linterna se le cayó al suelo.
 Virginia grito nuevamente un alarido más largo y salió corriendo en dirección al bosque.                  – ¡Espérame!-grito Daniel.  Pero esta no le hizo caso y desapareció enseguida de su vista.
Mientras iba a su encuentro otro niño paso corriendo al lado suyo en dirección opuesta pero cuando lo alumbro ya estaba muy lejos. -¡Espera!, ¿Qué pasa?, ¿A dónde van?- Le grito Daniel, pero este pareció como no oírlo y siguió corriendo hacia adentrarse en el bosque.
-¡Daniel!-grito Virginia y pudo ver a los lejos una llama que se agitaba de un lado para el otro. Era la llama del encendedor. Fue a su encuentro y cuando llego tuvo que esperar unos segundos para poder hablar. Estaba muy agitado. –Habíamos quedado que no nos separábamos- dijo Daniel enojado. –Lo siento, fueron esos niños… ¿Qué está pasando?-pregunto Virginia con un tono de voz perturbado.
-No sé, es todo muy extraño, esos niños corriendo de noche en la oscuridad, uno se reía y el otro parecía asustado. –Fue como si no nos hubieran visto, ¿viste?- dijo él. Sí, me tuve que correr para esquivarlo y ni me miro.- Es muy raro, aparte,  en este sitio desolado, no entiendo nada.  En ese momento comenzaron a escuchar un canto que levemente iba aumentado. Era una voz que estremecía, pero muy dulce.  El tramo de la canción que pudieron oír decía:
“Todo es ausencia, dulce carencia.
Necesito hablar con alguien.
Pongo el mundo en off, apago nervios,
ya lo creo que...
 
Dios es una mujer de piel negra,
es una mujer…”
Lentamente como hipnotizados siguieron el canto, decidieron apagar la linterna. De repente algo le llamo la atención a Virginia.-Mira…-comento.  
Vio a la luz de la luna, una pareja de adolescentes que se besaban contra un árbol.
Virginia vio que Daniel estaba por alumbrarlos con la linterna y le tomo la mano haciéndosela bajar. -Para…están entretenidos, mejor no lo molestemos-Le susurro al oído. Es que quería preguntarle si saben algo de esos chicos. O de la mujer que está cantando. El canto se escuchaba más alejado y parecía provenir desde el norte.
Te entiendo, pero caminemos un poco más, tengo curiosidad por la mujer-comento ella. Está bien-dijo no muy convencido. Trataron de alejarse sin hacer ruido, pero Daniel piso un rama seca que emitió un crujido y se hizo un tajo que lo lastimo bastante.-La concha de su madre- Grito dolorosamente y después de darse cuenta de lo que acababa de cometer se tapo la boca.
Se quedaron atentamente esperando que alguno se asomara a mirar hacia su dirección, pero la pareja siguió en su asunto.  Esto les pareció igual de extraños que los niños.
Siguieron caminando tomados de la mano durante un largo trayecto.  Se aproximaban más a la voz y lograron escuchar una estrofa que decía:
“su juventud adora envejecer
marchito el jardín
la hiedra crece
entre tú y yo
corazón mordido
se desangra herido
dios es una mujer de piel negra
es una mujer
dios es una mujer de piel negra
es una mujer...”
Que canto tan extraño. Me parece haberlo escuchado. -¿Si?, es muy raro.- Me hiela la piel. A mí el alma. Parece muy triste.
Sacando la voz de la mujer, solamente se escuchaban algunos grillos y el canto de lo que parecía ser una lechuza.
De golpe Daniel noto que sus zapatillas se habían mojado por completo. Se detuvo haciendo que Virginia se chocara con él. Lo siento es que hay agua. -Mira- le dijo alumbrándole con la linterna una laguna muy similar a la que habían cruzado en la tarde. No era muy ancha pero si larga.  Era una zona donde había pocos árboles. Como el suelo venia en bajada tenían miedo de que sea más profunda de lo que imaginaran. Además no le daba mucha confianza a Virginia pisar esas aguas.  Bordearon la laguna pero se dieron cuenta de un pequeño detalle: acababan de perder la voz de la mujer.
Perdimos la voz, mejor volvamos-dijo Daniel. Caminemos un poco más, es por aquella dirección-dijo Virginia. Subieron una subida muy empinada agarrándose de las raíces de un árbol que parecía tener muchos años. Espera, le dijo el tomándola de la mano. -Tendríamos que haber hablado con esa pareja.- Es todo muy raro.- No quería molestarlos, estaban muy entretenidos. Igual no creo que sepan  mucho más que nosotros.- Pero capaz que si…
-¿Qué te pasa?, ¿no queres ver quién es la que canta y ver quien son esos niños?  -Está bien, sigamos, yo fui el que se metió acá, me hago cargo. -Estoy cansado y algo nervioso, nada más. Se besaron y siguieron caminando. Después de caminar varios minutos siguieron sin escuchar el canto. Me parece que la cantora cambio de rumbo. Si, pensaba lo mismo. -Sostenme la linterna que tengo los cordones desatados- comento Daniel.  Mientras se agachaba  miro en dirección al este y entre los yuyos noto una llama a lo lejos. Después de mirarlo con el binocular  se dio cuenta de que era un fogón ya que estaba acompañado de dos troncos.
Hay una fogata allá. Acerquémonos más. Caminaron con la linterna apagada nuevamente y al estar cerca pudieron ver con más detalles. A unos metros del fogón, un largo tablón estaba ocupado por varias personas. Solamente se podía observar lo que parecían dos personas. Eran las más próximas a la llama que tenían iluminado la mitad de sus cuerpos. Estaban comiendo, pero al igual que los niños tenían el pelo del mismo color que la cara: blanco. Retrocedió unos pasos para atrás y se alejo lentamente el binocular. -¿Qué pasa? Quiero ver…-dijo su mujer.
Se lo saco de la mano y al ver aquellas misteriosas presencias, su rostro se horrorizo. Esta los miro durante varios segundos.  Su ropa también era blanca, y al hacer más zoom noto también que sus labios y bocas eran blancos. -¡Volvamos!…. Volvamos, son fantasmas-grito.  Se dio vuelta mirando como Daniel tenia la mirada perdida, pero algo que venía detrás de él, hizo que soltara la  linterna y largara un largo alarido de horror.    
Le pudo alumbrar a la silueta que iba al encuentro de su pareja y vio un rostro tan blanco como una hoja de papel. Al correrse su esposo, noto que llevaba varias ramas entre sus brazos. Virginia salió corriendo y Daniel lo siguió. Corrieron sin detenerse hasta llegar a toparse con la laguna.
  Agitados los dos se sentaron en el piso apoyados sobre un árbol. Menos mal que la luna era llena porque si no hubieran tenido dificultad para orientarse.  Y también más terror.
Tranquila, tranquila, ya estamos lejos- le dijo Daniel muy agitado, rodeándola con su brazo.  Pero el que estaba más nervioso y no paraba de mirar para todos lados era él. -Son fantasmas-comento su mujer. -Creo que sí, humanos no son. Viste que tenía razón, son todos blancos. Algunos estaban comiendo en la oscuridad, eran sombras pero pude notar que comían.
Después de toparse con los chicos habían comenzado a hablar en voz baja, y siguieron haciéndolo hasta la mañana siguiente. Si bien no contaban con la linterna y tenían que caminar detenidamente para no llevarse alguna raíz por delante o algo por el estilo, les pareció llegar a la gruta rápidamente. Y esto les jugo en contra, ya que pensaban que estaban cerca de los supuestos entes que acababan de ver.  A pesar de estar muy agotados los dos, durmieron unas pocas horas.  El día había vuelto a amanecer con una espesa niebla y con un hombre encapuchado mirándolos fijamente. De su rostro solo se le notaba una nariz grande y curva.                       
Los dos se quedaron  atónitos ante la llegada del desconocido.  Llevaba una túnica de color marrón oscuro atada con una soga que les llegaba hasta las rodillas.  Se acerco lentamente y mirándolo a Daniel le dijo. –Los estuve observando desde que llegaron pero decidí esperar que sea de día, no quería asustarlos.  Daniel se palpo para saber si tenía el cuchillo y al darse cuenta que lo llevaba encima se paro acercándose unos metros. –Hola, ¿necesita algo?- le pregunto al desconocido.
-hola, antes que nada, me pueden llamar Ermac. Su voz era bastante grave y por como pronunciaba las palabras parecía extranjero -Ermac…-dijo Virginia.
 Al darse cuenta que el desconocido lo miro, se ruborizo diciendo que nunca había escuchado ese nombre.
-Solamente quería decirles que fue lo que les sucedió anoche…
-Los dos se encontraban muy nervioso ante la llegada de aquel desconocido,  su vestimenta y nombre les parecían raros y hacía horas que habían vistos supuestos espíritus.
 -¿De qué hablas?- dijo haciéndose el distraído.  De lo que vieron en el bosque. Se saco la capucha y le pudieron apreciar mejor su rostro. Contaba con una enorme cicatriz que le cruzaba el ojo izquierdo. Su pelo de color castaño oscuro era largo y enmarañado. Virginia lo miro a Daniel y luego dijo: -Vimos fantasmas de distintas personas, eran completamente blancos, sus pieles, sus rostros, sus ropas…
- Me lo imaginaba, yo también los conozco bastante bien… vivo cerca de este lugar. –No están locos, son completamente blancos.
 –Seguramente abran visto a una pareja de adolescentes, muy cariñosos entre ellos, a unos niños correteando por ahí y a una mesa con gente comiendo en la oscuridad, ¿no es así? – Los dos seguían muy perturbados y atentos ante las palabras de aquel misterioso hombre. -Sí, y  también escuchamos el canto de una mujer-dijo Daniel. -Cierto, me la estaba olvidando, la mujer también es como ellos. -Como verán por mi vestimenta soy un monje. Vivo en aquella catedral abandonada-Les dijo señalando hacia el bosque. Era una dirección opuesta a la que habían estado en la noche.
Se podía ver como sobresalía una cruz entre los árboles y pinos. -Les contare lo sucedido pero si primero aceptan almorzar conmigo. -¿Aceptan la invitación?- Daniel y Virginia se miraron mutuamente, los dos recordaron las veces que habían estado con gente de apariencias extrañas y nunca les había ocurrido nada. Pero también la pareja tenía el presentimiento que no debían confiar en el desconocido pero a la vez le carcomía saber la verdad. Virginia recordó que en la mañana había revisado las mochilas y no le quedan alimentos entonces al pensar que posiblemente pasaría hambre hasta el anochecer asintió con la cabeza.-Si, me gustaría, gracias por su atención…-dijo Daniel al ver la respuesta de su mujer y agarro las dos mochilas del suelo.
 Los tres llegaron rápidamente frente a la catedral sin decir una palabra. Estaba formada por enormes bloques de adoquines. Tenía el techo hecho en dos aguas, compuestas por tejas verdes. Muchos gorriones estaban sobre la misma. Varios vitrales  en formas rectangulares estaban rotos, parecían por piedrazos. -¿Por qué esta abandonada?-pregunto Daniel. -Por el simple hecho de que no venia gente. Las últimas dos misas, solo concurrieron tres personas. Antiguamente, hace 40 años atrás, donde ahora está localizado este bosque, había un pueblo. Se llamaba Ceibo viejo. Contaba con 3700 habitantes. Una extraña peste venida desde muy lejos lo hizo desaparecer del mapa, en tan solo 35 días….
-Caían muertos como arañas envenenadas…
-¡Que horrible!- dijo  Daniel tristemente. Perdone mi curiosidad pero… ¿sabe como era el nombre de la peste?
-Jamás supe el nombre, vinieron científicos de todas partes, durante varios años, era desconocida. Los síntomas eran vómitos, diarreas y cefaleas. Pero muy intensos… los tres síntomas.  Y el cuarto síntomas era el peor de todos. Ataque cardiaco. Nadie se pudo escapar del ataque al corazón, y después algo raro les pasó a las víctimas, su piel se volvía muy elástica y pálida. Las venas se veían dibujadas por todo el cuerpo. Sobresalían como si fueran relieves de alguna escultura. Ningún medico había visto algo igual. Nadie supo porque el organismo se comportaba de ese modo luego del ataque cardiaco. Pero lo que si encontraron fue quien lo originaba. -¿Qué cosa era el culpable?-dijo rápidamente Daniel. La culpable mejor dicho…-acoto Ermac.
-Era la virgen que está en donde fue su refugio. La virgen apareció en el mismo lugar que está ahora, nadie sabe quien fue la persona que la trajo. La gente del pueblo venía a orarle y muchas tocaron a la estatua o la besaron y se contagiaron de la peste.-Virginia recordó que había tocado el vidrio, se puso pálida y le comenzó a faltar el aire.
 Ermac se dio cuenta de la situación y aclaro que  en ese entonces no tenía un vidrio que la protegiera. –Qué alivio-dijo ella lanzando un suspiro.   Entonces se fueron contagiando entre sí, yo fui el único que me encontraba ausente debido a un retiro espiritual en tierras muy lejanas, gracias a Dios.  Ocurrió hace 40 años atrás, cuando la virgen llego, el pueblo desapareció. La gente de otros pueblos cercanos sabe de la historia y piensan que la virgen esta maldecida. –Al igual que el lugar que lo rodea.-Qué extraño….-acoto Virginia. -No tanto como lo que vimos anoche- dijo Daniel mirándola con una mirada despectiva.  Vengan pasen y seguimos hablando mas cómodos. Hace años que no tengo visitas. –Muy poca gente anda por estas tierras, como les decía.
- Ermac abrió la puerta de la vieja iglesia y unos gorriones salieron revoloteando, el ruido de las alas hizo retumbar el lugar. Pasaron en fila india.- Acompáñenme. Les prepare unas tazas de té. Pasaron entre los dos conjuntos de bancos que estaban ubicados en  hileras hasta llegar al altar. Había estatuas de santos y vírgenes por todos lados, estaban muy bien hechas. Una imagen de Jesucristo bañada en oro colgaba resaltando la pared. –Tomen asientos-les dijo señalando unos sillones que estaban rodeando una mesa ratona. Detrás de los mismos se podía apreciar un altar que tenía una biblia abierta en dos.  El piso estaba forrado de una felpa verde del mismo tono que el techo, con líneas y firuletes en tono dorado. En algunas partes estaba rasgado y se notaba el antiguo piso de madera.
Volvió con dos libros que parecían muy antiguos forrados en cuero. Los dejos en un estante donde había un  cáliz muy deteriorado que cumplía la función de pisapapeles sobre unos papiros. Virginia le estaba mostrando a Daniel que la herida  en la pierna se estaba infectando al estar llena de barro cuando de repente Ermac los interrumpió.
-¿No le molestaría si pongo algo de música?-comento.  Para nada, es tu casa-dijo Daniel. Una música extraña, que parecía budista, comenzó  a retumbar  por toda la enorme sala.-Voy a buscar las tasas-acoto Ermac. Era extraño estar en un altar de una iglesia abandonada en medio de un lugar donde no había nadie. Daniel le susurro al oído diciéndole que se quedara tranquila y que no tenga miedo. También le recordó que contaba con el cuchillo. Volvió con una bandeja grande que contaba con una cafetera con dos tazas que le sobresalían los hilos de los saquitos del té. En el medio de las dos tazas había un plato con unas cuantas medialunas. Dejo la bandeja sobre la mesa.
Con la tasa en la mano, a Virginia de golpe se le ocurrió pensar que pasaría si le habría puesto alguna sustancia para dormirlos u algo por el estilo. Pero ya era tarde para decirle que no, tendría que haberlo dicho antes y hacia semanas que no tomaba te. Daniel a ver que su esposa le temblaba la mano y que miraba dentro de la taza como si fuera algo extraño que jamás hubiera visto en su vida, trato de distraerlo a Ermac para que no notara lo sucedido. –Volviendo al tema de la virgen… ¿cómo es su nombre?
El monje con una servilleta señalo unas páginas del antiguo libro, lo cerró y lo dejo sobre la mesa.  -Desde que esta en este lugar nunca tuvo nombre. Siempre le falto la placa en donde llevaba su nombre.  He recurrido a muchos sitios tratando de encontrarla por su vestimenta pero nadie tiene registro de la misma. -La verdad que es un caso único-dijo Virginia y le dio un largo sorbo a su tasa.-Por cierto, están muy buenas las medialunas-comento Daniel con la boca llena y la mitad de una en su mano. Los cantos de unos monjes budistas en algún extraño idioma seguían escuchándose de fondo.
-Muchas gracias, las hice yo-dijo Ermac con una leve sonrisa. -¿Y la iglesia como tomo el tema de la virgen y de lo ocurrido?-pregunto Daniel. –Se opuso rápidamente al ver las miles de muerte que había ocasionado esta virgen. –Además todavía piensa que es obra del ocultismo, de alguna secta. Su orden era romperla hasta hacerla desaparecer, pero yo decidí plantearle lo de la gruta y de cubrirla con vidrio para proteger a las personas. Es un vidrio blindex. La iglesia al no haber ningún pueblo cerca en kilómetros aceptó finalmente pero con la condición de que si algún día se establece un pueblo cerca deberá desaparecer de donde se encuentra.
-Sé que es un riesgo muy grande pero esa estatua tiene algo que me dice que esa virgen no debe ser destruida…
-¿Se puede saber que es ese “algo”?-dijo Virginia en un tono que parecía enojada.
-La virgen cuando hay hechos de mucha violencia y muerte llora sangre, creo que en realidad esa fue la razón principal por lo que me permitieron dejarla.
-Que buena historia-dijo Daniel. Virginia dejo el pocillo sobre el plato y le pregunto si tenía alguna conexión con lo que habían visto en la noche.
 -Ninguna-dijo seriamente. –Empezare a contarle la historia de una vez por todas.-Pero me encanto la historia de la virgen, fue increíble- comento Daniel rápidamente y excitado.
-Lo que ustedes vieron anoche eran estatuas.
Lo que menos esperaban era esa respuesta y se quedaron paralizados y desconcertados ante semejante respuesta. Pero no estaban tan lejos de lo que ustedes creían. Son espíritus, fantasmas, entes o como ustedes quieran llamarlos, dentro de estatuas.-Estatuas…dijo pensativamente Virginia conectando con el recuerdo de las estatuas vivientes que trabajan por unas monedas ante las miradas de la gente que paseaba por el centro de Rosario, su ciudad natal. –Están atrapados por un hechizo que yo mismo les hice para que puedan descansar en paz.  Son las almas de personas que murieron de formas trágicas por asesinatos o accidentes. Cuando una alma no consigue descansar en paz, queda entre lo que es el cielo y el infierno, el planeta tierra…
-Pero se hallan en otro plano, en otra dimensión, en ese lugar están todas las almas que murieron trágicamente y no pudieron realizar lo que querían en nuestra dimensión. O no se quieren ir a su próximo destino por miedo a encontrarse con el infierno, debido a haber cometido algo que realmente lo atormenta mucho como por ejemplo haber matado a una persona. En ese lugar en donde se encuentran, los ángeles y demonios no pueden acceder. Por último están también los que necesitan comunicarse para decir algún mensaje a sus seres queridos como es el caso de la cantora que oyeron que no se suicido de un tiro en la cabeza, sino que su hermana la asesino para cobrar la herencia de su padre y de esa forma no tener que dividirla en dos. –Y eso es principalmente lo que sucede. Quedaron callados por unos segundos, en la música se escuchaban unos tambores acompañados de instrumentos extraños. Unos silbidos parecían de flautas muy agudas. –Que historia tan asombrosa-dijo Virginia. -No puedo creer que sea de verdad, pero anoche ya lo comprobé-dijo entrecortado tomándole la mano a su mujer. –Seguro que tienen más preguntas por hacerme. -¡Muchas!-dijo Virginia seguido de una risa.-Dime-dijo Ermac.
-¿Las veinticuatro horas están estas estatuas vagando por esta zona?
-No, el conjuro está hecho para que  sea desde las 11:00hs pm hasta la salida del sol.
-¿Pueden vagar por cualquier zona, estos fantasmas?
-Esta catedral, al igual que la mayoría de catedrales e iglesias del mundo está construida sobre tierra santa. Solamente puede vagar por esta zona donde es santa, que principalmente es donde está ubicado este bosque.-Que mas deseas saber…
-¿Por qué corren los niños?, ¿porque canta la mujer?, y esas personas… ¿qué hacían reunidos comiendo?
-Los niños juegan a las escondidas, la mujer canta, la pareja de adolescentes se besan, las personas comen un asado y charlan entre ellos. Estas acciones son las que ellos deseaban hacer el día de su muerte y no la pudieron realizar. Son acciones que deseaban efectuarlas con todo el corazón y después de su muerte siguieron haciéndolas, pero en el lugar de su muerte. Que en la gran mayoría fue en su casa donde habitaban, o en el tramo de la ruta o calle donde murieron. Por eso mi misión era trasladarlas para dejar en paz a los familiares o cualquier persona que se encuentre con estas presencias.  Todos los días en el horario en que fueron muertos hasta el comienzo del otro día podrían aparecerse y hacer dichas actividades, asustando a  los que se encontraban en el hogar donde vivía esta persona u ocasionando accidentes en las rutas donde aparecían. Intentamos otros métodos pero el único que dio resultado fue este conjuro.
Virginia después de un rato de intentar buscar otra pregunta para decirle dijo: -Ya no se me ocurre una nueva pregunta, si queres pregunta alguna vos Daniel.
El la miro a los ojos a su mujer que parecía estar meditando y luego clavo la mirada en Ermac.-Ya respondiste todas las preguntas que tenia, pero se me ocurrió una que es muy importante…
-A ver, pregúntame…
-¿Quién fabrico las estatuas?, y en la vida real, antes de sus muertes… ¿Las personas lucían como las estatuas?
-Las estatuas las fabrique yo, además de monje también soy escultor desde temprana edad. Amo las dos profesiones.  Todas las estatuas de esta gran sala las fabrique con mis manos. En cuanto a sus aspectos físicos, son los que contaban las victimas antes de su muerte, trate de imitarlos lo mejor posible gracias a fotos que me cedieron familiares o conocidos. Las fotografías necesitan ser recientes a sus muertes, sino me resulta muy difícil hacer el trabajo. -Necesitan lucir como lucían el día de su muerte sino el hechizo no es realizable.
-¿Ya le aclare todas sus dudas?-dijo rascándose el pelo en la parte de la nuca.
-La ultima y le prometo que no lo molestamos más.
-No son molestia, si yo los invite…
-Me dio curiosidad por saber cómo murieron las demás personas que vimos anoche, la historia de la mujer que canta ya la sabemos.
-Bueno, a ver…los chicos que vieron son cinco, murieron ahogados tratando de rescatar a un perro que se había caído en un rio. La pareja que vieron besándose fueron acuchilladas por un asesino serial. El grupo de personas cerca del fogón murieron en un accidente de tránsito, todos viajaban en el mismo autobús, fueron amigos en su infancia. Hacían diecisiete años que no se veían entre ellos, eran diez en total.
-Que muertes trágicas-dijo Virginia tristemente.-Horribles-acoto Daniel perturbado.
-Bueno, debemos continuar el viaje hasta llegar al próximo pueblo-dijo Virginia. -¿Van a Mocovi?- pregunto Ermac. -Sí, tenemos que tratar de encontrar alguien que nos lleve.
-Yo me ocupo, tengo una carreta. No, ya hizo mucho por nosotros, estamos acostumbrados a este ritmo de vida, de enserio-dijo fuertemente Daniel. –Necesito comprar provisiones en Antiguo Jerusalén.  – ¿Dónde queda?- Es una localidad que está a setenta kilómetros de Mocovi. Se llega por un camino de tierra, espero que no esté inundado.
 Virginia y Daniel  le agradecieron por su amabilidad a Ermac y partieron atravesando un atajo por un camino que comenzaba cruzando el bosque.  A medida que transcurría su trayectoria, entre la extensa arboleda, pudieron ir observando a la luz del día, la mayoría de las estatuas que acababan de nombrar. Vieron primero a tres de los niños, dos corrían muy juntos a esconderse, mientras el otro contaba pegado a un árbol con el brazo tapándose los ojos para no ver a sus amigos. Luego tuvieron que esquivar la carreta para pasar por al lado de la señora que cantaba.-Al fin la pudimos ver-dijo Virginia con una sonrisa. Tenía el aspecto de una mujer de 40 años aproximadamente, era de apariencia delgada, su pelo era enrulado y notaron que contaba con una excelente dentadura al tener la boca abierta. Poseía un hermoso vestido con elegantes bucles. –Lo que abra costado hacerla-dijo Daniel en voz baja a Virginia. –Fue la que más me costo-dijo Ermac con una sonrisa.
Por último pudieron ver a lo lejos el tablón con cuatro personas que parecían que habían estado hablando entre ellas en el momento del amanecer. Otras seis se encontraban sentadas sobre los troncos que miraban restos de cenizas que horas atrás habían sido una alta fogata. Luego de salir del bosque siguieron atravesando el camino entre un profundo maizal. Mientras Ermac seguía conduciendo la carreta, Virginia y Daniel descansaron hasta llegar a Mocovi. – ¡Llegamos!-grito Ermac sobresaltándolos con su voz tan grave.-Lo siento por sobresaltarlos-dijo con un tono más bajo.  Se pusieron las mochilas y en respuesta a la hospitalidad del escultor, le regalaron un enorme frasco de miel que habían comprado días atrás. -¡Muchas gracias!-dijo alegremente y un poco sorprendido ante aquella sorpresa.-Lo conservare para el invierno que se aproxima. –Fue un gusto haber escuchado y vivido aquella historia de las ánimas, creo que nunca me la voy a olvidar-dijo Virginia conmovida.-La historia de la virgen también-acoto Daniel.
–Adiós, suerte a los dos, ya saben que después de la muerte el viaje continua, les deseo lo mejor, fue un gusto hablar con ustedes, si andan por estas tierras pasen a visitarme. -¡Lo tendremos en cuenta!-dijo Daniel.
 -¡Arre!-le dijo tirando de las sogas amarradas al caballo.  Y la pareja se quedo abrazada mirando cómo se alejaba la carreta hasta perderse de vista en una tarde con el cielo completamente despejado.



 
  








lunes, 13 de febrero de 2012

EL ULTIMO CIRCO FREAK


                                                      

Jason iba a realizar el último truco en su carrera como ilusionista. Lo había planeado hacia más de 5 años. Varias semanas venia durmiendo unas pocas horas. No era cualquier circo en donde él trabajaba. Era un circo freak, por lo que se podía ver en escena: enanos, gigantes, una mujer con dos cabezas, un hombre con pelo por todo el cuerpo, una mujer víbora, el hombre con mas tatuajes en el mundo y demás gente con mal formaciones y que llamaban mucho la atención. Cualquier hombre o animal extraño iba a parar en ese circo. La rutina del mismo era siempre igual: Primero los payasos que andan en mini-bicicletas rodeados de serpientes cobras. Después siguieron otros payasos con extraños trajes y mascaras que causaban mucho horror jugando con fuego entre ellos y realizando acrobacias. Finalizaron el acto haciendo malabares con unas arañas gigantescas. Esa siempre era la parte de gritos mas fuerte del show, pero ese día, después de muchos años, fue el espectáculo de Jason el que le gano. Luego de los payasos siguió la jaula de los motociclistas encerrados en esa famosa esfera de metal en donde se encontraba un hombre en el medio de la misma. Y a mitad del show, Jason salió en escena. Ese día estaba mas nervioso que de costumbre. Quizás era debido a que uno de los principales canales de su país, estaban televisando el show. O tal vez porque ese era el último día que contaba con un trabajo, y después, seria un hombre desocupado y con 40 años. Lo que Jason acostumbraba a hacer en escena era que por medio del ilusionismo, se arrancara la cabeza y jugara con ella, a veces la revoleaba por el aire, o también la ponía en el piso y con una mano comenzaba a girarla. Otro truco era el de cortarse por la mitad y después hacer diferentes acciones graciosas como bailar o abrazarse fuertemente con las piernas su otra mitad del cuerpo. Era un excelente ilusionista, cada vez se había perfeccionado más a lo largo de los años y era muy famoso en la ciudad donde vivía. Por eso, el estaba muy convencido de que iba  a ser contrato en otros lugares después de haber trabajado 15 años para el CIRCO DEL INFIERNO. Pero como dije anteriormente, el miedo de quedarse sin empleo también estaba siempre presente en el. Unas asistentes que estaban disfrazadas de zombies le trajeron una camilla donde se podía observar un bulto que lanzaba movimientos para todos lados. La mayoría de los espectadores pensaba que era alguna especie de animal raro o algo por el estilo. Hasta que lo destapo y ahí se encontraba un hombre encadenado en las manos y pies. Sonrío y saludo con una mano al público.
Entonces el ilusionista se puso una mascara de hockey y una de la asistente le alcanzo una motosierra. Las 4 mujeres agarraron fuertemente la camilla desde cada punta para que no se moviera.
Una vez encendida la herramienta, amago dos veces con cortarlo por la cintura. Varios de los espectadores lanzaron gritos de espanto. Luego le pidió al público que contara hasta 3. Cuando se escucho el tercer grito que inundo todo el escenario comenzó a cortarlo por la mitad. Una lluvia de sangre comenzó a salir para todos lados. La mascara blanca se tiño de roja. El hombre ahogado de terror comenzó a gritar y a mover sus brazos y piernas sin cesar. Lo mas sorprendente era que después de cortarlo también corto la camilla que era de plástico. Una vez cortado en dos, unió las dos partes de la camilla, quedando una al lado de la otra. Las piernas pataleaban como alguien que cae en la parte profunda de una pileta de natación y no sabe nadar. Cientos de flashes de cámaras fotográficas se disparaban, la gran mayoría del público quedo horrorizado. Los gritos de horror eran muy fuertes y se escuchaban a lo largo y ancho de la platea en forma de anillo. También una minoría lanzaba fuertes quejidos. Y algunas mujeres largaron fuertes vómitos.

Creo que lo más sorprendente era ver como en las dos partes donde se había realizado el corte, colgaban tripas y órganos de distintos tamaños, luego iban cayendo al piso continuamente como caramelos de una piñata reventada. La sangre no para de chorrear formando un gran charco en el piso que se agrandaba a medida que transcurrían los segundos.
Jasón se saco la mascara, después tiro besos para la izquierda y a la derecha y tapo todo el cuerpo con una enorme sábana. Quedo el cuerpo cubierto por el lienzo en forma de U. Saco una bomba de humo y la tiro debajo de la camilla. Llamo a tres de sus asistentes e hicieron un bollo con la sábana y con mucha fuerza lo arrojaron donde se encontraba el humo. Luego la asistente que faltaba se acerco con una gigantesca aspiradora que daba la impresión de tener mucha fuerza para limpiar (por su ruido y por cómo se movía) y absorbió rápidamente todo el humo (las tripas y las dos mitades del cuerpo). Cuando se esfumo el humo y se contemplo el suelo nuevamente, no había quedado ningún rastro de la sabana, ni del cuerpo.
A continuación  el ilusionista agarro el cable de la aspiradora que era bastante grueso y con la ayuda de las cuatro mujeres comenzó a tirar del mismo. Era muy largo y al final contaba con un enorme bulto redondo. Se acerco y con una navaja que saco de un bolsillo de su camisa, comenzó a hacerle un largo tajo en el volumen que sobresalía. Un brazo comenzó a salir seguido de la cabeza y el torso. Era el hombre que había sido cortado hacia minutos. Estaba completo. Le dio la mano al ilusionista y comenzó a saludar al público con las dos manos hacia arriba. Luego se retiro yéndose detrás del telón. Un pequeño grupo comenzó a aplaudir. De a poco la gente se fue contagiando con los aplausos. Hasta que todas las personas del lugar se encontraron aplaudiendo. Entonces Jason saludo al estilo japonés y  se retiro del escenario.
Después el acto siguió con esas personas que le gusta agujerearse el cuerpo con clavos y ganchos. Uno de ellos que contaba con dos argollas en la espalada, se colgó desde unos ganchos que estaban arriba, quedando suspendidos en el aire. Mientras colgaba, comenzó a bailar una especie de tarantela. El show finalizo con una banda heavy metal muy conocido en esa ciudad. Fue el show perfecto para los espectadores y se hablaba que más tarde lanzarían un DVD recordando aquel día. La gente lo pedía.
Pero un secreto que salio a la luz mientras el show continuaba, lo convirtió en el show más horrible de la historia de los circos. Todo comenzó con una conversación que tubo Jason con el hombre que había sido cortado en dos. Uno de los encargados de iluminación logro escuchar sobre la verdad de aquel tétrico y horrible truco. La verdad del truco era que no había usado nada de magia. Habían acabado de cortar en dos a un hombre. Lo que escucho fue que este hombre que hablaba tenía un hermano gemelo. Se odiaban tanto al punto de que el que hablaba, lo había amenazado con una terrible venganza. Y esa noche el sentimiento de venganza había sido saciado.
Marcos era el nombre del vengador, y Ezequiel el pobre hombre que acababa de ser mutilado. Jason después de tantos años de buscar gemelos que se odien a muerte, logro toparse con Marcos y este acepto rápidamente la propuesta. Jason falsamente se hizo amigo de Ezequiel y le hizo la propuesta de pagarle mucha plata si se animaba a actuar en su último show temporalmente. Este al ser un pobre drogadicto que se dedicaba a la delincuencia solamente para comprarse drogas, acepto sin pensarlo. Pero nunca se imagino lo que le iba a pasar esa noche. El truco había sido ensayado anteriormente en donde Ezequiel en un hueco escondía su cintura en la camilla.
Una cintura falsa era cortada. Por cuidado a que la sierra lo lastime, una hoja de metal bloqueaba el contacto con la piel.  Pero ese día Jason no corto en la cintura sino que varios centímetros mas arriba.
Cuando este trabajador de iluminación les contó todo a la policía comenzaron a buscar los restos de Ezequiel por todo el lugar. Y rápidamente encontraron las sabanas donde todos suponían, debajo de las tablas del escenario.


Era el lugar que Jason había tirado la bomba de humo y los restos de Ezequiel cubridos por las sabanas, un mecanismo muy avanzado hizo llevar hasta abajo los resto del cuerpo, los tiro debajo, en el sótano y rápidamente subió de vuelta sin dejar rastros. Creo que la gran mayoría sabía que había pasado eso. Si no, ¿para qué tiro la bomba de humo?
El encargado actúo tan rápidamente que no les dio tiempo a los criminales de sacar el cuerpo del sótano donde se encontraban los restos de la víctima. También tuvo suerte de que unos cuatros policías se encontraban en el lugar y lograron reducirlo. Actualmente se encuentran en prisión, al igual que Marcos y sus 4 asistentes que estaban involucrados en este desagradable hecho. Siempre me pregunte que le vio de atractivo mutilar a un hombre mientras lo veían miles de personas.
 Después del hecho en entrevistas posteriores, Jason confeso que desde chico tenía muchas ganas de matar a una persona, principalmente fantaseaba con cortarla en dos. Y que si lo hacia, seria con una motosierras. Por este horrible truco y por mucha oposición  de la sociedad, después de este incidente, quedaron clausurados todos los circos freak del mundo.