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viernes, 17 de febrero de 2012

LAS SIRENAS




Lao miro la hermosa sirena que había pescado con esa gigantesca red llena de camarones. Era rubia, de ojos verdes y tez pálida.
Sus escamas variaban de un verde esmeralda hasta llegar a un azul cielo.
Se quedo bloqueado y luego de unos segundos volvió a arrojar la red diciendo que no había ningún pescado antes de que sus compañeros se asomen a mirar. No sabía porque lo hizo. Había dejado escapar esa criatura tan maravillosa. Ese hecho podía haber cambiado el mundo. Pero largo a la sirena como a sus sueños. Decidió seguir siendo un pobre pescador que trabaja 15 horas al día.  Su vida no tenía sentido y entonces había dejado soltar algo mágico. Una sensación extraña de angustia le invadió fuertemente. Se sentía tan mal por lo que acababa de hacer. Estaba triste desde hacia meses por su patética vida que llevaba. Y este acto que hizo sin pensar lo deprimió tanto que se arrojo de cabeza al mar para suicidarse. Cerro los ojos y dejo que pasara el tiempo. Pero de golpe una agradable y dulce voz comenzó a escuchar muy despacio desde las profundidades del océano. Era un canto que cada vez empezó a aumentar más y sintió la sensación de que una mano lo agarraba empujándolo hacia abajo. Al abrir los ojos se dio cuenta que se trataba de la sirena que acababa de pescar. El cántico lo conmovió tanto que comenzó a llorar. La sirena le acomodo sus dos brazos entre sus hombros fuertemente y comenzó a llevarlo hacia las profundidades, a gran velocidad. Lo metió en una cueva en completa oscuridad, pero después de pasar por varios túneles comenzó a ver una luz verde muy potente que comenzaba a iluminar las aguas. Era una ciudad oculta muy parecida a la de Machu Pichu. Una construcción en medio de las montañas con cientos de escalinatas, murallas y pasarelas. Era lo mas extraño que había visto en su vida. Tantas luces de distintos colores fluorescentes. Además de las luces de la ciudad, centenares de peces luminosos iluminaban el extraño ambiente. En las construcciones predominaba el verde en sus distintas tonalidades. Las edificaciones de sus casas y demás residencias tenían formas de pirámides. Pero no como las de Egipto, estas era muy alargadas y unas 5 veces superiores en cuanto al tamaño. Eran flacas y muy altas. Todas estas extrañas arquitecturas se encontraban dentro de un domo. El material parecía similar al vidrio. Era de color rosado salmón y al traspasarlo sintió como si fuera de gelatina, estaba helado. Al atravesarlo se dio cuenta que ya podía respirar porque el agua no pasaba el domo. El pensamiento de que se iba morir por falta de aire se alejo de su mente. Le costó mucho volver a respirar normalmente, estuvo alrededor de un minuto conteniendo el aire. Se imagino que la cúpula funcionaria como un campo de fuerza o algo por el estilo. Estando en el piso lo subió a un auto eléctrico muy similar de los que se ven en las campos de golf. La sirena lo llevo hasta la pirámide más alta de toda esa misteriosa ciudad. Esa pirámide estaba iluminada exteriormente por un color anaranjado fluorescente. Era 3 veces más grande que todas y se encontraba en el centro. Adentro todas sus luces eran blancas y las paredes de los pasadizos eran doradas. Varias sirenas se encontraban dentro de la pirámide a medida que subieron los pisos. Se cruzo en total con 5 sirenas. Lo llevaron hasta la punta de la pirámide. Al llegar al último piso, lo empujaron cayendo al piso fuertemente. Se sintió como si hubiera corrido una maratón de muchos kilómetros. Estaba tan tensionado, en especial en la zona de las piernas. Lo dejaron descansando y en completa soledad. El pensaba que estaba soñando pero era todo tan real. Su falta de aire que lo hacia respirar abriendo la boca como un pez que esta fuera de la pecera a punto de morir. Su cuerpo congelado y temblando por culpa del agua y recientemente de la barrera que separaba lo mojado con lo seco. Sus ojos cegados ante tantas luces que le hacian ver bichitos verdes flotando  en cualquier dirección que miraran sus ojos.
A pesar de tantas sensaciones que manifestaba se pellizco pero no se despertó de su humilde cama que le hacia doler la espalda por su finísimo colchón.
Después de un rato de estar tirado en el piso decidió dormir para recuperar fuerzas. Cuando se despertó estaba en una cama muy lujosa lleno de almohadones. Una sabana que parecía ser de seda, cubría todo el cuerpo que ahora estaba desnudo. Una sirena pelirroja le trajo una toga rosa, sandalias y una corona formada por rosas rojas. Poseía una belleza exactamente igual a la sirena que lo había traído hasta ese lugar.
Pensó en que se veía vestido muy homosexual, pero no le importo porque nadie se enteraría estando en una ciudad desconocía en el fondo del océano. -Además, los romanos se vestían así y la mayoría eran bien machos…-pensó. Le agrado su extraño aroma de su traje y el olor de las rosas. El siempre olía a pescado. Comenzó a hablarle a la sirena que él había pescado y la apodo mentalmente como “la sirena mucama”. Esta hablo en una lengua que parecía similar al alemán. No entendía nada, entonces se retiro. Después de unos minutos apareció otra hermosa sirena con el pelo de color verde que dominaba el japonés a la perfección. Esta era la sirena que se encargaba de las traducciones, Lao la llamo “sirena especializada en traductorado de japonés”. Se largo a reír a pesar de los nervios frente a todo este mundo desconocido. No paraba un segundo de pensar.
Le explico que eran una especie formada por mitad pez y mitad humanos. Que habitaban la tierra hacia más de 15000 años. Y que habían desarrollado mucho su cultura y su tecnología. La escritura que contaban estaba formada por medio de 30 caracteres muy raros que jamás había visto en su vida.
Después recordó que muchas de las construcciones tenían grabados algunos de esos símbolos. Podían vivir hasta los 150 años. Adoraban usar el pelo muy largo, decorado con algas y demás plantas acuáticas. En cuanto a los medios visuales no lo habían desarrollado como nosotros. No existían los dibujos, las fotografías, las pinturas y ni hablar de la televisión. Este comentario medio que le amargo su estadía, porque Lao era un amante del cine en general. Sabían todas las noticias de la tierra que escuchaban por medio de unas especies de radio que codificaba al idioma de ellos. En cambio, los medios auditivos eran superiores a los nuestros. Este medio se había desarrollado muchos siglos antes que en la tierra.  Siempre les aterraban las noticias de los humanos desde hacia décadas por eso decidieron ocultarse ante la vista de cualquier persona y pasar a ser solamente una leyenda. Pero mas halla de saber que el hombre hacia guerras y que en cada minuto del mundo había muerte por violencia, creían que el hombre iba a ser el salvador de la raza humana. Entonces por esa razón la sirena que tenia la misión de contarle los hechos principales de su raza, de ahora en adelante, seria su sirena “especial” que lo acompañaría y cuidaría a lo largo de su vida. Les contó otras cosas que le llamaron la atención.  Su especie nunca había desarrollado un medio de transporte ya que siempre habían habitado ese lugar desde sus inicios. Siempre fueron sedentarios y no se comunicaban con otras sirenas de otras regiones. Toda la ciudad estaba alimentada  por la energía que le brindaban peces y criaturas desconocidas por los humanos. Eran de enormes tamaños y se encontraban acorralados por redes, con una especie de cables conectados a sus cuerpos, le disponían de electricidad continuamente a toda la ciudad.
Lao después de escuchar las dulces palabras de la voz de la sirena, se quedo maravillado ante lo que le estaba sucediendo y el cambio que iba a tener su vida. De ser un pobre pescador que vivía únicamente para trabajar paso a ser un hombre adorado y que recibiría todo los lujos y comodidades por partes de estas amables criaturas. Era todo tan extraño que le llevo varios días adaptar su mente con el entorno que se encontraba. A pesar de que tenían miles de años de antigüedad y de ser unos seres muy inteligentes, contaban con poca historia para contar.
Sus viejos antepasados  vivían entre arrecifes y cazaban pequeños peces, plancton y algas. Luego de pasar miles de años comenzaron a observar diferentes tipos de  embarcaciones en la superficie del mar y conocieron a los seres humanos que la tripulaban. Se dieron cuenta que eran seres malignos y que en varias ocasiones casaron a sirenas por medio de arpones y lanzas. Entonces como venganza, las sirenas mataron a cualquier humano que avistaban en su camino y cerca de su lugar donde habitaban, dejando solamente barcos sin rumbos. La forma de asesinar a los humanos era muy simple, los encantaban por medio de sus hermosos cantos, haciendo que de esta manera los marineros se arrojen al agua para apreciar mejor de cerca el sonido. Las sirenas se sumergían cada vez más en las profundidades para que estos la siguiesen y se ahogaran. Era una especie de Hipnosis. En algunos casos se comenta que algunos hombres lograron salir del trance del encantamiento, pero no del océano.

Luego con los avances tecnológicos por parte de los humanos, en especial con la llegada de los submarinos, recibieron las visitas de unos seres muy especiales que viajaban con naves en forma de esferas. Eran muy veloces. Estos entes que apodaron como “amiggua”, no eran de esta galaxia, y pasaron a ser sus únicos amigos del agua hasta la actualidad. La ayuda que recibieron las sirenas de estos seres fue enorme. Estos seres del espacio que habían vivido a escondidas en el agua al igual que las ninfas marinas, le transmitieron la noticia de que para que no sean extintas por los humanos, deberían ocultarse en cuevas y en profundidades inalcanzables para el hombre. De esta manera con su ayuda, y con elementos que no eran de este planeta, construyeron diferentes ciudades a lo largo del mundo. Le enseñaron diferentes e importantes actividades. Una de las mas importantes fue la de escribir. También le revelaron que la tierra en cualquier momento podría tener una catástrofe similar a la que tuvieron los dinosaurios, llevando a los seres humanos a la extinción. Es por eso que a cambio de su ayuda por la construcción de las ciudades y de disponer de variados y deliciosos alimentos robados de cualquier parte del mundo, deberían firmar un pacto. A cambio de estas ayudas que les estoy contando, tienen como deber principal cuidar a cientos de hombres y mujeres de diferentes partes del mundo.  
A eso se debe el cuidado y aprecio por partes de las sirenas hacia Lao. “El hombre salvara la humanidad”, es su lema principal.
Entonces estableció una nueva vida que gozo como nunca antes se hubiera imaginado. Pensaba en lo estupido que hubiera sido al suicidarse. Ahora era el rey de las sirenas. Recibía deliciosos manjares como cualquier rey de la edad media. Contaba con joyas y objetos de oro muy elegantes. Contemplaba los cantos por las noches de las sirenas y de la música que componían cuando tocaban instrumentos de cuerdas en lo que solamente el arpa era el instrumento que pudo reconocer.
Tenía la suerte de que podía pedir cualquier cosa que le sea accesible. Pero después de la primera semana de haber convivido con estos seres y descubrir cantidades de cosas nuevas y extrañas, su antigua sensación de que su vida no tenia sentido comenzó a invadirle fuertemente. Descubrió  por medio de antiguos libros, muchos secretos que lo aterraron. Se dio cuenta de que no podía salir de la pirámide en que se encontraba. Siempre viviría allí. Esto le provoco un horror muy profundo ya que el sueño de Lao era el de viajar y vivir en diferentes lugares. Se dio cuenta como estaba compuesta esta extraña ciudad. La ciudad en la que se encontraba contaba con un grupo de 200 sirenas. El era el único ser humano de la misma, pero en reiteradas ocasiones recibiría la visita por parte de una mujer francesa, para satisfacer sus necesidades sexuales ante la incapacidad por partes de las sirenas.
Esta noticia lo alivio un poco, pero igual, pasar el resto de su vida encerrado en una gigantesca pirámide y sin poder conocer lugares no era su estilo de vida. Y su mente comenzó a funcionar distinta, empezó a soñar y pensar cosas oscuras. Tenía mucho miedo de cometer una locura.
A pesar de esas cosas negativas continúo descubriendo esa extraña raza con la que se había cruzado. Poco a poco fue aprendiendo hasta adaptarse y vivir como uno más de la especie. Los años pasaron y decidió seguir con esa vida subacuatica. Se pudo adaptar. Sabía que nunca podría salir porque las sirenas no se lo permitían y de intentar escaparse sería una locura. Por las mañanas corría a lo largo de los pasillos y pisos de la pirámide y realizaba diversos ejercicios para estar en forma. Los aparatos de gimnasia habían sido pedidos por el. Fue en la visita número 30 de los amigguas que los pidió. De esas visitas habían conseguidos muchos cosas útiles como era el automóvil eléctrico pedido en la quinta visita. De ser muy flaco debido a su pésima nutrición paso a tener un excelente cuerpo y bien dotado de músculos. A la tarde realizaba algún pasatiempo como leer o escribir sus memorias de vida, era la única actividad que le obligaban realizar. Apreciaban mucho la escritura y contaban con miles de libros de diversos tamaños y lugares. Tuvieron suerte de que al hombre le agradaba mucho la lectura y apreciaba los poemas que las sirenas componían. Y a la noche, era la parte que mas se aburría y le invadía una tremenda soledad. Siempre se sentía que era un prisionero.  Los dolores de cabezas lo atormentaban, al igual que sus recurrentes pensamientos y sueños muy oscuros. Pero en esa cúpula no podía hacer otra cosa que esperar a que pase tanto el dolor como sus sueños incumplidos.
Hasta que una noche, pudo apreciar desde las paredes transparentes del lugar, una extraña nave tripulada por humanos que iluminaban la sala donde se encontraba con enormes farolas de distintos tamaños.  Propulsada por dos hélices en cada costado que hacían sacudir todo lo que encontraba a su paso (especialmente distintos tipos de plantas exóticas).Lao justo estaba contemplando el exterior de aquel extraño lugar.  El día que tanto soñó para escaparse había llegado. Era un riesgo de vida o muerte. Así que agarro una maseta que contaba con un helecho y la revoleo rompiendo el enorme ventanal. Pudo ver que uno de los hombres abrió una de sus puertas que descendió hacia arriba. Lao comenzó a correr hasta estar a unos metros. Pero de golpe un fuerte ardor comenzó a surgirle en su espalda. Una de las sirenas se había acercado corriendo y le lanzo un líquido verde que comenzó a penetrarle la piel. Fue tan extraña la sensación, ya que la sustancia se le deposito adentro dejando intacta la piel. Comenzó a marearse un poco, pero con mucho esfuerzo salto hacia la nave y logro entrar dentro de la misma. Los hombres cerraron la puerta y huyeron a gran velocidad. Sus parpados comenzaron a pesarles, lo último que vio fue que una vez que traspasaron el domo, unas aletas que giraban muy rápido, salieron de las dos alas de la nave, mientras las hélices se ocultaban. Luego se quedo dormido. Se despertó en una playa rodeado de estos dos muchachos que le habían salvado la vida. Les comento detalladamente todo lo sucedido, dejándolos asombrados y con una intensiva investigación por delante. Habían podido sacar increíbles fotos y filmaciones del lugar, pero estaban bajo el dominio del área 51, haciendo imposible la divulgación de la misma. Después de horas de entrevista y de contar durante varios días sus experiencias vividas, lo dejaron en libertad. Pasaron los años y Lao pudo conseguir un trabajo agradable y formar una familia. Su sueño se cumplió, viajo por todo el mundo con un barco de última generación que había comprado con sus ahorros a lo largo de varios años. Nadie le creía esta absurda historia de que vivió cinco años en un domo poblados por pirámides donde vivían hermosas sirenas que le daban todo lo que el quería. Conoció muchos lugares y tantas personas a lo largo del mundo que le brindaban trabajo para subsistir lo mínimo indispensable.
Las sirenas comenzaron a alejarse de su mente. Los sueños repetidos de que seguía prisionero en la ciudad comenzaron a disminuir hasta desaparecer de su inconciente.
Pero no se pudo quitar el hábito de escribir y contó todo lo que se acordaba de lo sucedido en el fondo del mar. Era las únicas horas que volvía a recordar a las sirenas. Y a pesar de que a veces le causaba mucha repulsión las cosas vividas, en especial el sentimiento de soledad, era algo que no podía dejar de hacer. Era una forma de liberar todo lo que llevaba adentro suyo. No le importara que nadie los leyera, de esta forma sentía que comenzaba a liberarse de un peso del pasado que siempre había estado atado a él. Finalmente cuando termino de redactar su extenso libro, las sirenas pasaron a ser un lejano recuerdo.
Pero lamentablemente un trágico hecho hizo recordarlas de por vida y hacerlo internar en una clínica psiquiatrita, debido a sus violentos comportamientos.
Fue el día que nació su primera hija. Se llevo la horrible sorpresa de presenciar el nacimiento y ver que no contaba con piernas, pero si con aletas. Era como aquellas criaturas que odio durante toda su vida. Entendió ahora porque aquella misteriosa sirena le había introducido aquel líquido verdusco que nunca lo se mostro presente en ninguno de los tantos estudios de su organismo que se le llevaron a cabo después del contacto con las mismas. 

2 comentarios:

  1. Interesante historia.
    Muy buenas las descripciones de las locaciones marítimas, Pablo, y un final inesperado, por lo menos para mí, pero muy grato de leer.
    Saludos.

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  2. gracias por comentar, ansiaba mucho una opinion ya que nadie me lo habia leido, sos el primero!! jaj saludoss

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